Aquel niño tiene la mirada opaca y las entrañas en huelga de magia. A ese niño le vino la guerra al paso demasiado pronto.Siempre es demasiado pronto para la guerra, o demasiado tarde. Es de esas cosas que nunca vienen bien a nadie, y menos para la mirada de un niño como aquel.
Aquel niño tuvo que aprender que su mejor amigo era el mismo y que la vida es algo a conquistar cada día y en cada aliento. Aprendió que sus manos y sus pies eran su máxima riqueza y aun con mirada opaca y aun en huelga de magia... no dejó de ser un niño.
1 comentario:
Señorita berenice...la vida es algo a conquistar cada dia aqui y allá...aquel niño era un niño ya mayor...esos niños no conocen la depresión...y difiero con usted...esos niños dejan de ser niños...y muy pronto, nosotros que lo tenemos todo todo...no debemos dejar de ser niños...desde la madurez por supuesto...sus textos me emocionan...la mando un gran abrazo cargadito de enerigia...
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