jueves, 2 de agosto de 2007

reuniones encaradas


A veces reuno todas mis caras;
esas personalidades adjuntas
que forman parte de mi caleidoscopio
de respiraciones y de ideas,
que hacen que sea como soy
en mi sencillez enmarañada.


A veces /solo a veces,
las invito a tomar un té
sentadas alrededor de mi
y las dejo estar,
encontrarse
y conocerse,
como quien reune a los viejos amigos,
aquellos a quienes brindar guiños de antaño.


Despues de las sonrisas, de las palabras arrojadas
y del té agitado de contradicciones
se van marchando una a una:
la malhumorada, la melancólica
la ocurrente, la ensimismada,
la juntaletras, la pícara y la inocente.


Entonces, cuando la penúltima me abandona
tan solo la soñadora queda conmigo,
siempre conmigo,
y me alivia el dolor de cabeza.


No es recomendable celebrar
reuniones de este tipo muy a menudo
si una quiere vivir en paz consigo misma...


1 comentario:

Stirga dijo...

Buff, puede estar bien de vez en cuando sí, pero... pocas veces, con muuuuuucho cuidado. Eso es como vivir en una montaña rusa (y de eso sé yo un rato largo): que te vuelves loca, loca, loca y, al revés que en la atracción de feria, los que acaban más mareados son los que te están a tu lado y te ven subir y bajar, subir y bajar, girar y caer en picado y salir de nuevo disparada hacia arriba... y a veces todo en cuestión de minutos (ufff, ahora que lo pienso... qué razón tienen algunos, mis disculpas a los que sufren mis viajes siderales.