jueves, 12 de julio de 2007

corazón-nube

Desperté y descubrí que aquel corazón que me había acompañado acurrucado en el pecho ya no estaba conmigo. Mientras me perdía en los brazos del sueño me dejó su ausencia, se lo llevó todo y me dejó en los huesos.


Quise entonces sentir tristeza o añoranza por su marcha, pero no pude sentir, solo había vacío.

¿Cómo podría ahora ser capaz de sentir?, ¿tendría que vivir con mis pensamientos como única compañía?... no podría soportarlo. Grité entonces con desconsuelo:


-Corazón, ¿donde te has ido? ¿por qué me abandonaste dejando este huequito en sombra?.


En ese instante, pensé que debía tener coraje y salir a buscarlo, no podía conformarme con su abandono. Así que, tirando de mi cuerpo como pude, levanté de la cama y salí de casa dispuesta a encontrar mi corazón perdido.


Una vez en la calle comencé a andar con los ojos y las piernas, buscando en cada rincón, pero no era capaz de encontrarlo. Pregunté a quien encontré a mi paso... pero nadie lo había visto.


Cuando mi cuerpo se encontró cansado de andar y mi mente comenzó a dar vueltas, paré a descansar. Me tumbé en el suelo y quedé mirando el cielo.


Fué entonces cuando lo encontré, ¡mi corazón estaba ahí!, ¡en pleno cielo!. Había marchado volando convertido en nube: etéreo, volátil y libre como siempre quiso... sonreí entonces al saber que no lo había perdido y me dejé volar hacia él.


corazón nube

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