Uno se siente Gregorio Samsa a veces
recien despierto
y embriagado de cambios
que no se aciertan a comprender.
Hay momentos en la vida;
puntos de inflexión
o giros en el camino
en que nos crecen las alas,
nos salen colmillos
o se nos endurece el caparazón.
Ahora sé
que esas metamorfosis son necesarias
aunque nos convirtamos en cucarachas
o en mariposas,
ya seamos aves
o arañas peludas.
Cada alteración
nos demuestra que estamos vivos
que no yacemos inmóviles en un rincón
y que, aunque buscamos que así sea
de vez en cuando
el rincón se agita y se voltea
convirtiéndose en esquina
para dejarnos a la intemperie
bien a la vista de la metarmofosis
que nos espera.
4 comentarios:
Suerte con la metamorfosis, linda crisálida.
Tú serás mariposa.
Prefiero los cambios inesperados a los esperados. La mayor parte de los deseos acaba torciéndose.
Yo jamás acabé de hacer la metamorfosis. Sigo siendo un capullo... :D
Un beso!
Cómo me gusta leerte de nuevo.
Y cómo entiendo este post...
Pues, ya sabes, Berenice, deja endurecerse tus colmillos, madurar tu caparazón y despliega las alas para alzar de nuevo el vuelo.
Es bueno renovarse. Disfrutemos esta nueva etapa.
Mil besos
no dejaremos nunca de jugar, como plenos cronopios en eterna metamorfosis.
y el flaco spinetta cantó una vez:
"cayéndose suena tu vida,
aunque no lo creas"
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